domingo, 20 de febrero de 2011

Cambio climático y la agricultura

El cambio climático y la agricultura son procesos relacionados entre sí que tienen escala mundial. Se proyecta que el calentamiento global tenga un impacto significativo que afectará la agricultura, la temperatura, el dióxido de carbono, el deshielo, las precipitaciones y la interacción entre estos elementos; los cuales determinan la capacidad de carga de la biósfera para producir suficiente alimento para todos los seres vivos. Las consecuencias resultantes del cambio climático y de la agricultura dependerán, a nivel general, del balance de estos efectos. El estudio de estos fenómenos podría ayudar a anticipar y adaptar adecuadamente el sector agrícola para así maximizar su productividad.
A su vez, se ha visto que la agricultura también produce efectos significativos en el clima, principalmente por la producción y liberación de gases de efecto invernadero como dióxido de carbono, metano y óxido nítrico; por la alteración de la superficie del planeta, la cual pierde su capacidad de absorber o reflejar calor y luz, así como por el forzante radiativo. La deforestación y la desertificación, además de los combustibles fósiles, son las mayores fuentes antropogénicas de dióxido de carbono. La agricultura en sí es el principal contribuyente en incrementar las concentraciones de metano y óxido nítrico en la atmósfera del planeta.

Efecto potencial de la temperatura en el período de crecimiento

La duración de los ciclos de crecimiento de los cultivos está, sobre todo, relacionada con la temperatura. Un aumento en la temperatura acelerará el crecimiento. En el caso de un cultivo anual, el período entre la siembra y la cosecha se acortará (por ejemplo, el tiempo antes de la cosecha del maíz podría acortarse entre una y cuatro semanas). Esta situación podría afectar negativamente a la productividad debido a que la senescencia (envejecimiento) sucedería más temprano.

Efecto del aumento del dióxido de carbono en cultivos

El dióxido de carbono es esencial para el crecimiento de las plantas. El aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera puede tener consecuencias positivas y negativas.
Se espera un aumento en el CO2 tenga efectos fisiológicos positivos al incrementar la frecuencia de la fotosíntesis. Actualmente, la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera es de 380 ppm, que en comparación es mucho menor que la del oxígeno, puesto que esta tiene 210,000 ppm. Esto significa que las plantas están limitadas por la cantidad del dióxido de carbono, puesto que la enzima que procesa el CO2, la rubisco, también procesa el oxígeno en la fotorespiración.  Estudios han demostrado que un incremento del CO2 hace que se desarrollen menos los estomas en las plantas, lo que produce una disminución en el uso del agua. Bajo condiciones óptimas de temperatura y humedad, puede haber un incremento en la producción de los cultivos de un 36%, si se duplica los niveles de dióxido de carbono.
Por otro lado, existen muy pocos estudios sobre el impacto que tiene el aumento de la concentración el CO2 en sistemas agrícolas. La gran mayoría de los modelos de estudian la relación entre el CO2 y la productividad en un ambiente aislado de otros factores del cambio climático, como el aumento de los desastres naturales, el cambio en las estaciones, entre otros.
En el 2005, La Royal Society en Londres afirmó que los supuestos beneficios del aumento de la concentración del dióxido de carbono "probablemente serán muy inferiores a lo estimado", cuando factores como el incremento el ozono en la tropósfera se toman en cuenta.

Efecto en la calidad

De acuerdo con el IPCC, "La importancia del impacto del cambio climático en la calidad del forraje y el grano surge de nuevas investigaciones. Para el arroz, el contenido de amilosa del grano (el cual determina la calidad de cocción) aumenta ante el CO2 elevado. El grano de arroz cultivado en ambientes con alta concentración de CO2 sería mucho más sólido que los granos actuales al cocinarse. Sin embargo, disminuirían las concentraciones de hierro y zinc, importantes para la nutrición humana. Además, el contenido proteico del grano se reduciría si se incrementan la temperatura y el dióxido de carbono". Estudios usando FACE (enriquecimiento de dióxido de carbono al aire libre) han demostrado que los incrementos en el dióxido de carbono reducen las concentraciones de micronutrientes en cultivos. Esto podría traer repercusiones en otros ecosistemas ya que los herbívoros que necesitarán más comida para obtener la misma cantidad de proteínas.
Estudios han demostrado que niveles altos de dióxido de carbono reducen la cantidad de nitrógeno que necesita la planta (un número menor ha demostrado lo mismo para elementos como el zinc) produciendo cultivos con menor valor nutricional. Esto afectaría principalmente a las poblaciones de países pobres que no puedan compensar esto comiendo más, variando la dieta, o con suplementos.
La disminución del nitrógeno en pastos también ha demostrado que reduce la productividad en las ovejas, que dependen de los microbios de sus intestinos para digerir las plantas, los que a la vez dependen del nitrógeno.



La agricultura y los cambios climáticos: la función de la FAO



Mientras se reúnen los dirigentes mundiales en Kyoto para dar forma a los objetivos jurídicamente obligatorios encaminados a reducir las emisiones de gases que producen el efecto invernadero, echemos un vistazo a las consecuencias conocidas y futuras del cambio climático a largo plazo en la agricultura del mundo.
Sede y logo de la Conferencia de Kyoto
La capacidad de los pueblos de producir suficientes alimentos para consumo propio y de su ganado depende en gran medida del clima: la temperatura, la luz y el agua. Las fluctuaciones a corto y a largo plazo de las pautas del clima –variabilidad del clima y cambio climático- pueden tener repercusiones extremas en la producción agrícola, y hacer que se reduzca drásticamente el rendimiento de las cosechas, lo que obligaría a los agricultores a utilizar nuevas prácticas agrícolas en respuesta a las modificación de las condiciones. Por esta razón, la FAO se interesa en los asuntos relacionados con el calentamiento del planeta y el cambio y la variabilidad climáticos. El cambio climático puede golpear a la agricultura en diversas formas
El cambio climático a largo plazo, en particular el calentamiento del planeta, podría afectar a la agricultura en diversas formas, y casi todas son un riesgo para la seguridad alimentaria de las personas más vulnerables del mundo:
  • Sería menos previsible el clima en general, lo que complicaría la planificación de las actividades agrícolas.
  • Podría aumentar la variabilidad del clima, ejerciendo más presión en los sistemas agrícolas frágiles.
  • Los extremos climáticos –que son casi imposibles de prever- podrían hacerse más frecuentes.
  • Aumentaría el nivel del mar, lo que sería una amenaza para la valiosa agricultura de las costas, en particular en las islas pequeñas de tierras bajas.
  • La diversidad biológica se reduciría en algunas de las zonas ecológicas más frágiles, como los manglares y las selvas tropicales.
  • Las zonas climáticas y agroecológicas se modificarían, obligando a los agricultores a adaptarse, y poniendo en peligro la vegetación y la fauna.
  • Empeoraría el actual desequilibrio que hay en la producción de alimentos entre las regiones templadas y frías y las tropicales y subtropicales.
  • Se modificaría espectacularmente la distribución y cantidades de pescado y de otros productos del mar, creando un caos en las actividades pesqueras establecidas de los países.
  • Avanzarían plagas y enfermedades portadas por vectores hacia zonas donde antes no existían.
El calentamiento del planeta también podría tener algunos efectos positivos para los agricultores. El aumento del bióxido de carbono tiene efectos fertilizantes en muchos cultivos, esto incrementa las tasas de crecimiento y la eficiencia de la utilización del agua. Pero los expertos señalan que las numerosas interrogantes que quedan sobre este posible panorama tienen más peso que sus posibles beneficios.
La variabilidad del clima es el mayor problema para los agricultores de hoy
La variabilidad natural de las lluvias, de la temperatura y de otras condiciones del clima es el principal factor que explica la variabilidad de la producción agrícola, lo que a su vez constituye uno de los factores principales de la falta de seguridad alimentaria. Algunas zonas del mundo son particularmente proclives a dicha variabilidad: el Sahel, el nordeste del Brasil, el Asia central y México, por ejemplo.
Los extremos del clima –acontecimientos violentos e infrecuentes como las inundaciones, la sequía y las tormentas- aunque son de carácter más espectacular, tienen un menor efecto conjunto en la producción agrícola que las deficiencias crónicas del clima. Tanto la variabilidad del clima como sus extremos pueden aumentar a consecuencia del calentamiento del planeta.
La FAO trabaja en dos niveles para reducir las consecuencias de la variabilidad del clima y del cambio climático en la seguridad alimentaria. La Organización se propone incrementar la capacidad de los agricultores de frente a dicha variabilidad:
  • fomentando un planteamiento agrícola “sin reproches”, con opciones que incrementan la eficiencia y la flexibilidad agrícolas en las condiciones actuales, y que también proporcionan a los agricultores una buena base si cambiaran las condiciones a largo plazo
  • promoviendo prácticas agrícolas que toleran la variabilidad del clima -utilización de variedades de cultivos resistentes a la sequía, por ejemplo, o una utilización más eficiente de los recursos hídricos- también se fortalece la capacidad del agricultor para adaptarse a los cambios a largo plazo.
La FAO colabora también con los encargados de tomar decisiones de los países y con la comunidad científica para mejorar la vigilancia tanto de las condiciones actuales como del cambio del clima a largo plazo, y para fomentar opciones de desarrollo con futuro:
  • vigilando la producción agrícola mundial con fines de planificación y emisión de alertas, MIA (sistema mundial de la información y alerta) con tecnología de comunicaciones a través de satélites (ARTEMIS) e instrumentos agrometereológicos;
  • estableciendo sistemas eficaces de alerta para las enfermedades de los animales y de las plantas (EMPRES);
  • vigilando las condiciones atmosféricas y los cambios climáticos (GTOS, AFRICOVER, Mapas del clima mundial SD Dimensions).
Pero la agricultura no sólo es víctima del calentamiento del planeta. Actualmente, también es un factor que contribuye a ello y en el futuro podría participar considerablemente en la reducción del cambio atmosférico de la Tierra. Cerca del 25 por ciento de las emisiones de bióxido de carbono proceden del cambio de la explotación agraria (sobre todo de la deforestación en las zonas tropicales), y la utilización de fertilizantes es uno de los orígenes principales de los óxidos nitrosos producidos por el hombre. Como parte del planteamiento “sin reproches”, la FAO alienta los agricultores a que reduzcan el uso excesivo de fertilizantes nitrogenados –que son costosos, ineficientes y dañinos para el medio ambiente- y que prefieran variedades de ganado que conviertan con eficacia los piensos en carne y leche, reduciendo así las emisiones de metano.
La Organización trabaja con los encargados de la planificación a fin de reducir las tasas de deforestación y promover la reforestación, como una forma entre otras de eliminar el bióxido de carbono de la atmósfera. La FAO también defiende la utilización de energía de biomasa (SD Energy for Development) como forma de reducir el consumo de combustibles fósiles, principal origen de las emisiones de bióxido de carbono. Utilizar biocombustibles en vez de los de origen fósil es una forma de “cerrar el ciclo del carbono”, de modo que el bióxido de carbono que absorben los vegetales sea liberado de nuevo en la atmósfera al utilizarlas como combustibles, pero el carbono almacenado en los combustibles fósiles no se añada al que ya está en circulación (entrevista con Gustavo Best de la FAO).http://www.fao.org/Noticias/1997/971202-s.htm


martes, 15 de febrero de 2011


 
La ganadería es una actividad económica que consiste en la crianza de animales para su aprovechamiento. Dependiendo de la especie ganadera, se obtienen diversos productos derivados, como la carne, la leche, los huevos, los cueros, la lana y la miel, entre otros.
Los ganados más importantes en número a nivel mundial son los relacionados con la ganadería bovina, la ovina y la porcina. Sin embargo, en algunas regiones del planeta otros tipos de ganado tienen mayor importancia, como el caprino y el equino, como así también la cunicultura, la avicultura y la apicultura.
La ganadería está muy relacionada con la agricultura, ya que en una granja ambas pueden estar relacionadas. En estos casos el ganado aporta el estiércol, que es utilizado como abono, y los cultivos aportan el alimento para los animales.


Características e importancia
·         El ganado es fuente de alimento, carne, leche etc.
·         El ganado convierte en carne el valor económico elevado, plantas, hierbas cuyo valor directo es mucho menor.
·         Utiliza la tierra no muy apta para la agricultura y por lo tanto hace que su valor económico se incremente (por medio de los pastizales).
·         Contribuye a mantener el equilibrio ecológico ya que devuelve al suelo,
mediante excretas, gran parte de la fertilidad de las plantas que consume.

domingo, 13 de febrero de 2011

La agricultura

La agricultura (del latín agricultūra ‘cultivo de la tierra’,y éste de los términos latinos agri ‘campo’ y cultūra ‘cultivo, crianza’) es el conjunto de técnicas y conocimientos para cultivar la tierra y la parte del sector primario que se dedica a ello. En ella se engloban los diferentes trabajos de tratamiento del suelo y los cultivos de vegetales. Comprende todo un conjunto de acciones humanas que transforma el medio ambiente natural, con el fin de hacerlo más apto para el crecimiento de las siembras.

TIPOS DE AGRICULTURA
  
Según su dependencia del agua:
De secano: es la agricultura producida sin aporte de agua por parte del mismo agricultor, nutriéndose el suelo de la lluvia o aguas subterráneas.
De regadío: se produce con el aporte de agua por parte del agricultor, mediante el suministro que se capta de cauces superficiales naturales o artificiales, o mediante la extracción de aguas subterráneas de los pozos.

Según la magnitud de la producción y su relación con el mercado:
Agricultura de subsistencia: Consiste en la producción de la cantidad mínima de comida necesaria para cubrir las necesidades del agricultor y su familia, sin apenas excedentes que comercializar. El nivel técnico es primitivo.
Agricultura industrial: Se producen grandes cantidades, utilizando costosos medios de producción, para obtener excedentes y comercializarlos. Típica de países industrializados, de los países en vías de desarrollo y del sector internacionalizado de los países más pobres. El nivel técnico es de orden tecnológico. También puede definirse como Agricultura de mercado.


Según se pretenda obtener el máximo rendimiento o la mínima utilización de otros medios de producción, lo que determinará una mayor o menor huella ecológica:
Agricultura intensiva: busca una producción grande en poco espacio. Conlleva un mayor desgaste del sitio. Propia de los países industrializados.
Agricultura extensiva: depende de una mayor superficie, es decir, provoca menor presión sobre el lugar y sus relaciones ecológicas, aunque sus beneficios comerciales suelen ser menores.



Según el método y objetivos:
Agricultura tradicional: utiliza los sistemas típicos de un lugar, que han configurado la cultura del mismo, en periodos más o menos prolongados.
Agricultura industrial: basada sobre todo en sistemas intensivos, está enfocada a producir grandes cantidades de alimentos en menos tiempo y espacio -pero con mayor desgaste ecológico-, dirigida a mover grandes beneficios comerciales.
Agricultura ecológica, biológica u orgánica (son sinónimos): crean diversos sistemas de producción que respeten las características ecológicas de los lugares y geobiológicas de los suelos, procurando respetar las estaciones y las distribuciones naturales de las especies vegetales, fomentando la fertilidad del suelo.
Agricultura natural: se recogen los productos producidos sin la intervención humana y se consumen.

El sector primario o agropecuario

El sector primario o agropecuario está formado por las actividades econónomicas relacionadas con la transformación de los recursos naturales en productos primarios no elaborados.Usualmente, los productos primarios son utilizados como materia prima para las producciones industriales.
Los procesos industriales que se limitan a empacar, preparar o purifícar los recursos naturales suelen ser considerados parte del sector primario también, especialmente si dicho producto es difícil de ser transportado en condiciones normales a grandes distancias.
Las actividades del sector primario estan compuestas por: La agricultura, ganadería, silvícultura y pesca.